EL CIERRE DE LAS OPERACIONES SE RALENTIZA
// LOS PROPIETARIOS SE ABREN CADA VEZ MÁS A NEGOCIAR Y A BAJAR EL PRECIO FINAL.
El efecto champán hace meses que se acabó en el mercado de la vivienda, pero la resaca comienza a llegar ahora en la actividad del día a día.
Se siguen firmando operaciones de compraventa, pero menos; se tardan más en cerrar y los vendedores, que hasta ahora resistían sólidos el pulso de los precios, empiezan a ceder a la hora de negociar el coste final. Y algunos –cada vez más– acaban bajando el precio.
Todo esto es lo que notan a pie de calle los profesionales de las agencias inmobiliarias que bregan cada día con el aterrizaje de un mercado que tras la pandemia de coronavirus se desató en euforia.
‘La subida de tipos del último año y la incertidumbre sobre la economía en general se están haciendo notar ahora y están consolidando la tendencia a la baja del sector. Hay un decalaje de tiempo hasta que esas circunstancias llegan al mercado, pero empezamos a ver que se está ajustando’, describe un experto del sector.
Hace meses que las estadísticas reflejan ese frenazo. Las compraventas, sin ir más lejos, registraron en agosto un descenso del 14,4% en comparación anual, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Se firman menos transacciones y las que se firman, además, llevan más del que era habitual en los últimos años. Las viviendas ya no vuelan del escaparate, ahora van a paso más lento.
Fuente: El Mundo